Los seres humanos somos iguales fisiológica y anatómicamente hablando, es decir todos estamos formados por un cuerpo físico, un cuerpo mental y un cuerpo emocional, poseemos, órganos, músculos, articulaciones, capacidades, nos emocionamos, pensamos, accionamos, pero hay un detalle no menor que nos hace diferente al uno del otro y es nuestra historia, donde nacimos, con quienes crecimos, educación, costumbres, creencias, conocimientos, experiencias, calidad de vida, enseñanzas.
Puede que algunas experiencias se asemejen entre una persona u otra pero aun así la historia hace la diferencia, porque la actitud que tomamos frente a las adversidades de la vida será una consecuencia de lo aprendido y experimentado.
Que son las adversidades de la vida?
Empecemos por la palabra adversidad, adverso, contrario, desfavorable, conflictivo, entonces podemos decir que son todas esas cosas que nos ocurren en contra de lo que esperamos, de lo que sentimos, de lo que anhelamos.
Y esto nos hace infelices?
Somos infelices cuando no podemos, o no queremos hacer consciente lo valiosos que somos, cuando el chip implantado de nuestro legado familiar (creencias, memorias, patrones de pensamientos, entre otras cuestiones) influye 100% en las decisiones que tomamos.
Existe una manera lógica y favorable de afrontar éstas adversidades?
Claro que SÍ.
Citaré a continuación algunas formas prácticas de poder lograrlo:
Entender a las adversidades como una oportunidad, no como un problema en nuestra vida.
Tomarlas como si fuera un mensaje, una oportunidad de cambio, mejoras en nuestra vida.
Comprender, analizar que también puede ser una consecuencia de mis propias acciones, y que solo yo, puedo revertirlo.
Adquiriendo nuevos patrones de conocimiento, que me ayuden a salir de ese bucle de ideas, pensamientos, acciones repetitivas que solo terminan incomodando y enfermando mi cuerpo.
Entendiendo que si me resisto a ellas (adversidades) solo yo, me perjudico, en cambio si las acepto, sería el primer paso que estaría dando para resolverlas, afrontarlas.
Comprendiendo que es mí energía la que está en juego, si me resisto disminuye, si acepto, aumenta.
Si mi energía disminuye debo saber que todos mis sistemas se vuelven más vulnerables y estoy más expuesto, expuesta a contraer enfermedades e incluso dejar de vivir.
Comprender que debo amarme primero para ayudar a otros, porque si no me entiendo, no me amo menos lo podré hacer por los demás.
Poner en práctica nuevas experiencias físicas, mentales, emocionales.
Incorporando nuevas herramientas, como ésta entrada de blog que estás leyendo por ejemplo, para un mejor desarrollo de tus capacidades mentales, que te ayudarán a interpretar de una manera menos conflictiva tus próximas adversidades.
SALUDOS, GRACIAS POR LEERME!!
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